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El impulso de las criptomonedas en Venezuela tiene unas cuatro historias. La primera tiene relación con lo que, en su momento, se llamó Local Bitcoin, una sistema que permitía a los venezolanos, entre otros usuarios del mundo, poder comprar y vender criptomonedas mediante una plataforma que ayudaba en una diversidad de formas de pago en tiempos de la gran crisis local, que usaban miles para obtener bolívares y, por supuesto, otros tantos para adquirir criptomonedas. La llegada de Wallets y otros esquemas de compra venta de criptomonedas, aunados a otros temas, como la caída de las criptomonedas en esos tiempos, terminó liquidando a Local Bitcoins

La segunda historia tiene relación con Dash, una criptomoneda que tuvo un importante auge en el país en el año 2018, cuando un grupo de entusiastas fundó una academia y comenzó a impartir cursos, además de motivar a pequeños negocios para que aceptaran la moneda.

El éxito fue rápido y, en aquel tiempo, unos mil comercios se montaron en la ola. Luego algo pasó, pero todo ese impulso se murió y, por supuesto, la moneda también desapareció, así como sus promotores y los fundadores de Dash Caracas. Aunque Dash sigue siendo una criptomoneda, no tiene el mismo impacto de otras que han surgido en los últimos tiempos y su precio se ha mantenido en torno a unos 40 dólares. En su mejor momento en el país, Dash regalaba $10 a lo participantes de sus conferencias para que los cambiaran en los negocios de los pequeños emprendedores que se sumaban a la criptomoneda y su wallet.

El tercer momento fue, por supuesto, el Petro, la criptomoneda del Estado Venezolano que inició como un proyecto para evadir las sanciones en 2018, pero que fue condenado a muerte incluso antes de su nacimiento. Aunque se mantuvo como una moneda de intercambio interno e incluso se ancló su valor a cobros de las instituciones del Estado, entre otros, la moneda nunca logró el éxito que se pretendía desde la estructura del Gobierno por múltiples razones y, por el contrario, terminó siendo una moneda de transacción netamente local, sin mayor repercusión.

La cuarta historia comenzó a escribirse en el año 2022, pero no es sino hasta ahora, mediados de 2025, que comienza a tomar posición. Se trata del Stablecoin, una moneda digital que, desde hace unos meses, se ha convertido en la más nombrada en el país producto de la escasez de dólares para el intercambio comercial.

Aunque su nacimiento data de 2015, no es sino hasta hace un par años que, en el caso venezolano, comenzó a moverse el hoy popular USDT y las razones tienen relación con la escasez de divisas en el mercado local y la facilidad de comprar o vender la moneda digital sin mayor problema en las plataformas, especialmente Binance hoy día.

Segú datos recientes de Chainalysis, en los últimos tres años, junio 2022- junio 2025 el mercado de criptomonedas en Venezuela alcanzó los 44, 6 mil millones de dólares, una cifra importante e impactante, pues en promedio, el país se ha volcado a la búsqueda de algún tipo de reserva de valor en medio de la escasez de divisas de los últimos años y, por el otro lado, millones cambiando sus bolívares a USDT para luego cambiarlos nuevamente a bolívares y obtener la menor pérdida cambiaria.

Tomando como base esa cifra, las criptomonedas y recientemente el USDT han sido claves en el movimiento de una parte de la economía del país, específicamente, entre 2022 y 2025.

Y es que en promedio, las criptomonedas movieron unos 14 mil 866 millones de dólares anuales en el país entre junio 2022 y junio 2025, lo que podría interpretarse como el 18,3% del PIB de 2022-2023, pasando a un 15,4% del PIB del 2023-2024 y, entre 2024 y lo que va de 2025, un 12%. Las referencias están ancladas al PIB del país de esos años, que fueron de $60 mil millones en 2022, $100 mil millones en 2023 y $120 mil millones en 2024.

Pero, independientemente del monto, lo cierto es que una parte de la economía se viene moviendo en Criptomonedas, más específicamente en USDT en los últimos tiempos, un sistema transaccional que ha puesto a miles de negocios a entender y montarse en la ola. Incluso el Gobierno Nacional, según fuentes extraoficiales, ha estado recibiendo y utilizando los USDT por la venta del petróleo para surtir el mercado ante la escasez de divisas de los últimos meses.

Sólo dos empresas localmente están autorizadas para ser garantes de las transacciones en el país, Crixto y Kontigo, siendo Crixto la que más impulso está dando al uso de los USDT como moneda de pago en comercios a través del intercambio por bolívares, donde un usuario que disponga de USDT puede obtener hasta un margen de 60% si convierte esa moneda digital en bolívares, pues la regulación del dólar al valor del BCV no aplica, según las propia estructura y normativa de la Sunacrip, a las monedidas digitales y criptomonedas.

En síntesis, Venezuela, según datos de Chainalysis ocupa el cuarto lugar en la región con la mayor recepción y transacción de criptomonedas en los últimos cuatro años, sólo por detrás de Brasil, el líder con más de 300 mil millones de dólares transados, le sigue Argentina con unos $90 mil millones y México con 72 mil millones de dólares.