Los líderes en el impulso de la Inteligencia Artificial buscan auxilio del Gobierno de Estados Unidos para mantener los proyectos en constante evolución, pues comienzan a correrse los rumores de la burbuja de la IA.

En esa línea, Open AI pidió al Gobierno de Donald Trump que trabaje en una extensión de los créditos fiscales de la famosa Ley de Chips, para que también incluya a los Centros de Datos, así como a los servidores y otros componentes claves para el desarollo de la IA.

Todo ello con la intención de acelerar el desarrollo de infraestructura esencial para la Inteligencia Artificial, entre la que también que destaca la manufactura avanzada, fundamental para asegurar la competitividad y liderazgo del país en una nueva era industrial y energética.

Open AI considera que, al extender el beneficio, se logrará una reducción del costo efectivo del capital, al tiempo que se podrá disminuir el riesgo de las inversiones iniciales y liberar capital privado para aliviar cuellos de botella actuales en el despliegue de la IA.

El creador de ChatGPT, Sant Altman destacó en un escrito en X, que el país debe avanzar hacia una estrategia integral que abarque no sólo las fundiciones de chips, sino también turbinas, transformadores, acero y otros insumos fundamentales para sostener el crecimiento del sector.

La Ley de CHIPS se centra actualmente en apoyar la producción nacional de semiconductores. Sin embargo, la rápida expansión de la IA ha puesto en evidencia que los Centros de Datos y los servidores de alto rendimiento son igual de estratégicos.

OpenAI busca ampliar el crédito fiscal en un momento de intensa competencia global por el liderazgo en Inteligencia Artificial. Estados Unidos compite con China y Europa por atraer inversiones en Centros de Datos, asegurar el suministro de chips y dominar la manufactura de equipos especializados.

Además de incentivos fiscales, OpenAI pidió al gobierno estadounidense agilizar los procesos regulatorios y de permisos para proyectos de gran escala, con el fin de evitar que la burocracia frene la expansión de la infraestructura digital.

La compañía también advierte que EE. UU. enfrenta un desafío energético que amenaza su liderazgo frente a China. En 2024, China añadió 429 GW de nueva capacidad eléctrica, mientras que EE. UU. solo 51 GW.

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