A le intención de que las plataformas de Streaming paguen por el uso de las infraestructuras de telecomunicaciones, impulsado por algunos operadores europeos, se une un nuevo interés, pero esta vez es en Brasil, donde quieren que las plataformas de contenido financien proyectos audiovisuales.

La Cámara de Diputados de Brasil aprobó un proyecto de Ley que busca que empresas como Netflix, Amazon Prime Video y Disney+, entre otras, contribuyan con el financiamiento de la industria audiovisual nacional. En el texto se propone establecer un marco normativo para los servicios de video bajo demanda, equiparándolos parcialmente con los canales tradicionales de televisión por suscripción.

De esta manera, las plataformas de contenido estarían obligadas a contribuir al desarrollo de la industria audiovisual brasileña, garantizar espacios para la producción nacional y cumplir con estándares de accesibilidad e información al usuario.

La iniciativa plantea que el porcentaje de contribución se aplicaría sobre la recaudación bruta anual y dependerá de la categoría y el tamaño de la empresa. Las grandes plataformas de streaming como Netflix, cuya facturación anual supera los 4.8 millones de reales ($90 millones), tendrían que pagar hasta un máximo de 4% de sus ingresos brutos anuales.

Mientras tanto, las plataformas digitales de compartición de contenido audiovisual como TikTok, YouTube, Instagram y Facebook tendrían tarifas reducidas de entre 0.1 y 0.8%. Y las plataformas con una facturación anual igual o menor a 4.8 millones de reales estarán exentas del pago.

Parte de esos recursos podría destinarse directamente a coproducciones o adquisiciones de obras nacionales, con incentivos adicionales para fomentar la producción en regiones como el Norte, Nordeste y Centro-Oeste.

Actualmente, los servicios de streaming operan en Brasil sin un régimen específico, al amparo de la legislación general de telecomunicaciones e Internet. El proyecto de ley pretende llenar ese vacío al definir la “provisión de contenido audiovisual por demanda” como una actividad sujeta a supervisión de la Ancine.

Países como Argentina y México ya analizan modelos similares para incentivar la producción local e incluir a las plataformas digitales en los fondos de fomento cultural.

Sin embargo, el aumento de cargas fiscales podría encarecer las suscripciones, limitar la entrada de nuevos actores o desincentivar la oferta de títulos en el país.

Tras la aprobación del proyecto de ley por la Cámara de Diputados, el texto pasó a la siguiente etapa de su tramitación y está siendo analizado por el Senado de Brasil.

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