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Aunque la banda de 700MHz era ideal para que un Digitel o Movistar pudieran lanzar servicios 5G con mayor capacidad, el precio base de la subasta los espantó.
Y es que Conatel puso como precio mínimo $250 millones, un número que alejó cualquier interés por esa de frecuencia. 
Pero no solo eso, pues esa banda hoy está ocupada por las señales UHF, lo que generaría una inversión o gasto adicional al ganador, si el regulador no hace lo propio, a lo que también debería sumarse la inversión para el despliegue inicial.
Si bien es cierto que la banda en 700MHz permitiría un despliegue más rápido y económico, pues se usarían menos radiobases por kilómetro cuadrado,  también es cierto que, en la Venezuela de hoy, con grandes deficiencias en temas energéticos y de infraestructura, entre otros, apostar por un 5G casi total es una utopia. ¿Por qué? Los despliegues de fibra de alta capacidad para soportar la descarga de esos datos no han sido pensados, salvo quizás un operador de TV que podría tener alguna capacidad superior, a lo que debe sumarse la inversión en un país donde los clientes se quejan de las tarifas, aún cuando éstas, en promedio, valen menos de tres cafés de panadería y son por 30 días. 
Quizás Conatel colocó ese precio con toda la intención de que nadie lo asumiera, pues entiende que esa banda debe ser depurada antes de ponerla  a tono para 5G, pero por otro lado, ese precio base cerró, por ahora, la posibilidad de que en el país haya un 5G real (aunque falta la subasta de la banda alta), que permita hacer cosas más innovadoras qué disponer de una conexión de algunos gigas que, en muchos casos, parecería innecesaria si no existen las empresas que necesitan ese tipo de servicios avanzados.  
Las bandas de 900MHz y 1800MHz también fueron estimadas en precios bases altos, lo que también motivó a Digitel a desistir, por ahora, de esas porciones de espectro. Y es que la oferta inicial estaba en 80 millones para 900MHz y 90 millones de dólares para 1800MHz.
Con menos de la mitad, la empresa se hizo de la banda que le da el acceso al 5G. 
En total, el Estado recibirá unos $123 millones y se espera que el regulador Conatel llame a subasta las bandas que, en esta ocasión, quedaron desiertas.